La superficie de la caja eléctrica ha sido tratada de la siguiente manera para evitar el óxido y la corrosión por lluvia:
Pulido: Durante el proceso de pulido, una rueda de pulido especial o una correa de pulido actúa sobre la superficie del metal a alta velocidad. Estas herramientas de pulido suelen estar hechas de materiales abrasivos de alta calidad, como diamante, óxido de aluminio, etc., que pueden eliminar con precisión rebabas, incrustaciones de óxido, capas de óxido y otras impurezas desiguales en la superficie del metal. Después del pulido, la superficie de la caja eléctrica se vuelve extremadamente lisa, brillante y tiene un alto grado de acabado. El pulido no es sólo por motivos de belleza, sino que, lo que es más importante, proporciona las condiciones ideales de la superficie para la pulverización posterior. Una superficie lisa y libre de impurezas puede aceptar mejor la adhesión de la pintura, asegurando que el recubrimiento pueda cubrirse de manera uniforme y firme sobre la superficie metálica. Esto no sólo mejora el efecto protector del revestimiento, sino que también prolonga su vida útil.
Tratamiento por pulverización: el tratamiento por pulverización es un paso clave en la prevención del óxido y la corrosión de la superficie de la caja eléctrica. En esta etapa, la pintura antioxidante o anticorrosión se rocía uniformemente sobre la superficie de la caja eléctrica mediante un equipo de pulverización profesional. Estos recubrimientos están cuidadosamente formulados para tener una excelente resistencia a la corrosión y a la intemperie, y pueden mantener un efecto protector estable en ambientes exteriores durante mucho tiempo. Durante el proceso de pulverización, la pintura se pulveriza a través de la boquilla en partículas finas y cubre uniformemente la superficie de la caja eléctrica. Los ingredientes activos de la pintura reaccionan químicamente con la superficie del metal para formar una capa protectora fuerte y densa. Esta capa protectora puede aislar eficazmente el metal del contacto directo con el ambiente externo y evitar que el metal se oxide o corroa debido a la oxidación, la erosión ácida y alcalina y otros factores. Existen muchos tipos de recubrimientos en aerosol, y los más comunes incluyen imprimaciones y acabados fenólicos, epoxi, poliuretano y otros tipos de acabados anticorrosivos. Estos recubrimientos tienen características propias y son adecuados para diferentes entornos y necesidades. Por ejemplo, los recubrimientos fenólicos tienen buena resistencia a la corrosión y al agua, lo que los hace adecuados para cajas eléctricas en ambientes húmedos; mientras que los recubrimientos epóxicos tienen excelente adherencia y resistencia al desgaste, los cuales son adecuados para cajas eléctricas que requieren mantenimiento frecuente.
Características del recubrimiento: después de que el recubrimiento se seque, se formará una sustancia protectora dura y densa, que se adhiere firmemente a la superficie de la caja eléctrica y previene eficazmente la oxidación de la superficie. Al mismo tiempo, el recubrimiento también puede mejorar la dureza de la superficie y mejorar la capacidad de la superficie para resistir la corrosión. Cuando el entorno externo erosiona el revestimiento, puede formar rápidamente una nueva película protectora para continuar protegiendo la caja eléctrica de daños. El material de recubrimiento debe tener buena adherencia y resistencia al desgaste para garantizar que el recubrimiento pueda adherirse a la superficie de la caja eléctrica durante mucho tiempo y mantener su rendimiento protector. Además, el revestimiento también debe tener una excelente resistencia a la intemperie y a los productos químicos para hacer frente al clima complejo y cambiante y a la corrosión química en entornos exteriores. Estas características permiten que el recubrimiento mantenga un efecto protector estable durante mucho tiempo en ambientes hostiles y extienda la vida útil de la caja eléctrica.
En resumen, la superficie de la caja eléctrica se pule y se rocía para formar una capa protectora fuerte y resistente a la corrosión, que previene eficazmente la aparición de óxido y corrosión por lluvia.